Aquella mañana amaneció con lluvia y muy fría, hasta en algunos tramos del día aguanebaba . Hubo que echar mano del capote de hule de toquilla de fraile. Tras cargar el ato en las yeguas y soltar los rebaños del corral, emprendimos la marcha por la Hoya de la Gitana camino de los Chorros entrando en la provincia de Cuenca por su Serranía. Pascual Pérez, un joven de treinta años, reconduciendo su rebaños se acercaba a mi diciéndome : parece que no hace tan mal día, no sé por qué lo decía porque en realidad si lo hacía, quizás fuese una manera de intentar darme ánimo viéndome tan crío y en esa situación de partida por primera vez de tu casa hacia otra tierra desconocida. Así fue transcurriendo el primer día entre agua nieve y frío, con un caminar cansino y el rebaño subiendo el Puerto del Collado del Aire; uno se puede imaginar el por qué de su nombre.
Aquella noche fuimos a dormir a los corrales de Álmaillo aunque hay que desviarse algo de la vereda para llegar hasta allí era el punto clave porque allí nos esperaba Eloy Lahoz alias ``Marieto ´´ hermano de los otros pastores, enrolado en el rebaño de César Chico y otro pastor andaluz llamado ``El Maqui´´ .
Los hombres nos recibieron con alegría y con caldero cocinado de patatas con garbanzos por cierto, estaba riquísimo, aquel caldero me hizo ver la noche de otra manera
El Maqui al verme tan joven y empapado en agua se adoleció de mí y me dijo:
-Te voy a dar un sombrero.
Yo en el primer pronto pensé que para qué quería yo un sombrero pero tenía razón era un sombrero de modelo cordobés y para el agua hacía su función en forma de paraguas.
Al día siguiente iniciamos la partida muy temprano en cuanto se veía y nos despedimos de la hospitalidad de aquellos dos pastores con el deseo de que fuese un buen año. Iniciamos el camino por la cañada, y fui conociendo los parajes míticos dentro de ella, como el arroyo de las truchas y la fuente El Rajazo, estos puntos había oído hablar mucho de ellos por otros pastores. Todos cuentan anécdotas o vivencias en ellos, yo las tuve años después, son como un mito dentro de la vereda. ¿Quién alguna vez como trashumante o relacionado con la trashumancia no ha oído decir `` aquella noche que dormimos en la fuente del Rajazo o aquel día del Arroyo de las truchas´´? Pero si hay un mito ese es las Majadas, pueblo de la Serranía de Cuenca, a la vera de la cañada, cuando ese día llegué a ellas un grupo de personas salieron a ver a los rebaños pasar. Todas esas personas eran mayores y todos habían sido trashumantes ya que las Majadas es pueblo con mucha tradición trashumante y el comentario era el de siempre.
-Estas sí que están gordas.
-Pues estas no. Las que estaban gordas son las que pasaron ayer, ya que por su vera todos los otoños pasaban sobre unas 100.000 cabezas de ovejas y unas 3.000 vacas.
Victoriano ``El Barbas´´, ganadero trashumante tenía ímpetu o afán por llegar a las Majadas tanto de otoño como primavera; cuando desembarcaba en Chillarón era capaz de adelantar los rebaños del día anterior por llegar a hacer sestero en las Majadas para allí celebrar su llegada aunque la salida se atrasara.
Pero si las Majadas tienen fama, es por sus tortas aunque yo no las he probado .
Dice la leyenda que un joven de Guadalaviar se puso novio con una moza de las Majadas , para las fiestas fue a visitarla y a la vuelta los otros jóvenes del pueblo le preguntaron:
-¿Qué tal las fiestas de las Majadas?
-huuy ….. En las Majadas hacen unas tortas muy buenas pero se las comen ellos.
Entre comentario y comentario de aquellas gentes fuimos pasando vereda al ante camino de la dehesa de Portilla bajando la serranía por Cerillo Verde. Un barranco de terreno calar con su fuente en la Ladera de cuya agua no digas nunca beberé ya que alguno............... una vez tuvo la osadía de cagarse en ella pero he aquí la paradoja quiso con su acción fastidiar a todo aquel que viniese por detrás cuando dio cuenta de que le faltaba las cabras y tuvo que volver a buscarlas, en el escarpado del terreno las cabras no quisieron colaborar dándose la carrera y el sofoco, pero a él le entró la sed de agua y tuvo que recurrir a la fuente de Cerrillo Verde cuando vio su propia mierda y tuvo que limpiarla para poder beber.
Dejando la Serranía entramos en terreno más llano lleno de pinos resinero era la primera vez que yo veía ese tipo de pino con su corbata y con su tarro para poder extraer la resina. Haciendo noche en él un rebaño al lado del otro siendo una noche tranquila hicimos las velas , es decir, vigilar los rebaños por turnos eso fue por parejas que así es más llevadero. A mí me tocó con Gabriel y recuerdo que durante la vela ya que los rebaños suelen estar tranquilos el me iba hablando de sus vivencias sobre la trashumancia. Una vez cuando dormíamos aquí hacía muy mala noche y las ovejas no se estaban quietas o cuando fuimos a cruzar el río y no pudimos cruzar el río por el agua que bajaba, así fue transcurriendo la vela hasta que fuimos revelados por otros pastores , a la mañana siguiente despertamos temprano con una voz que decía:
-Arriba que el almuerzo está hecho.
Era el ``Yeyé´´ nos avía hecho unos gazpachos tostados (plato típico pastoril donde los haya)
Pos casi siempre se desayunaban gazpachos o migas, pero los gazpachos son más rápidos de cocinar.
Terminado el almuerzo emprendimos la marcha pinar adelante pos el río Mariana a la finca de Embí , hay nos esperaba su guarda un hombre de edad avanzada y mecanizado ya que su trayecto lo hacía en bicicleta y entre los pastores se le conocía `` el tío de la bicicleta´´ pero era hombre experto y sabio, conocía a todos los rebaños y a todos los pastores sabía cual intentaría salirse de la vereda y cual no.
Años más tarde me di cuenta de ese conocimiento que poseía sobre los pastores, pero esa anécdota la contaré cuando llegue su momento.
El hombre nos fue acompañando hasta todo lo alto de la finca en los Collados de Embí , punto estratégico y a veces añorado por los pastores trashumantes de esta Serranía, cuando estando en extremo y las cosas se ponían mal por alguna circunstancia como podía ser alguna primavera seca o aquellas primaveras no tan lejanas con los brotes de lengua azul o fiebre actosa , los permisos de las comunidades autónomas no terminaban de llegar nunca , y como no aquellas solicitudes para embarcar en el tren no se concedían a tiempo. Por eso Enrrique ``El leyes´´ hizo célebre esta frase:
-Estaba yo ya en los Collados de Embí.
Como queriendo decir que él hubiera cogido su rebaño cañada al ante y se había evitado estos problemas. Hay vino la noche a la altura del pueblo de Chillarón como casi todas de esta vereda lluviosa y fría, los rebaños esa noche no estaban quietos y en vez de hacer velas tuvimos que rodearlos más o menos cada uno en una esquina , por el cansancio del día y la noche recuerdo que nos colocamos de pie bolo, postura típica de un perro cuando está observando, y protegido por el capote.
La mañana siguiente era el día del embarque en el tren y llegando en la estación de tren en la Renfe en el pueblo de Chillarón, esa mañana como todas lluviosa nos juntamos con otros rebaños concretamente con el de la Domitila conocida como la viuda de Fausto Mansilla dirigido por su mayoral Cirilo y su hijo Antonio ya que para formar tren avía que juntar varios rebaños y de esta manera Renfe te concedía un mínimo de pisos que era tres pisos por vagón y dos vagones de mercancía, uno para caballerías y otro para el hato. Poco a poco entre lluvia, frío y barro fuimos embarcando las ovejas a fuerza de tiro de manso porque cada piso avía que cortar sobre unas 55 ovejas por apartamento y para ello estaba el manso un carnero castrón con truco domado a cuerda para que así areatase del que tiraba de él. Terminado dicho embarque partimos hacia el Almuradiel punto de nuestro destino por tren y pueblo de la provincia de Ciudad Real asique con el CHACA-CHÁ del tren como diría la canción íbamos pasando por las estaciones con sus paradas largas ya que este tipo de trenes ganaderos no tenían preferencia sobre los demás hasta incluso tenía que dar paso a los mercancías, tenía su atractivo aunque la incomodidad del vagón era tal que alguna vez conforme ibas tumbado en la colchoneta con el traqueteo casi te dabas la media vuelta. Pero esa espera en las estaciones te daba tiempo para tomar el café y copa y otro café y otra copa también tenía tiempo para hacer tus necesidades aunque alguna vez como le ocurrió al pobre de ``Pifas´´ pastor de asalariado de Felillo Borrocales en la estación de Aranjuez se le ocurrió mear en el andén viéndolo la policía municipal tuvo que llamarle la atención ``Pifas´´ con algo de deficiencia mental y acostumbrado a mear en el campo no entendía el por qué de aquella llamada de atención cuando contestó:
-so ser odioso judío.
Felillo al percatarse de aquello tuvo que intervenir apaciguando la situación. Al oír por megafonía:
-Tren borreguero con destino Almuradiel, va ha efectuar su salida por vía tercera.
Fuimos al vagón del hato y continuamos la marcha, en un viaje nocturno durmiendo en el vagón y en la colchoneta tapados con mantas parrillanas llegamos al Almuradiel al hacer de día. Al asomarme a la puerta del vagón ya todo me parecía distinto era un paisaje diferente al que mis ojos habían visto, todo estaba verde aunque el Almuradiel era zona agrícola desde su estación se podía ver los inicios de Sierra Morena de sus dehesas.
Fuimos desembarcando los rebaños uno por uno la sorpresa llegó cuando al descargar el rebaño de Cirilo habían parido unas cuantas así que no sé cómo se arreglarían aquellos pastores en aquel día ya que salimos por caminos distintos. Cirilo, con su rebaño, fue a pastar a Aldeaquemada a la finca de la sierra El Oro y nosotros en el sentido contrario nos dirigimos hacia el viso del Marqués. Con nuestros rebaños en aquella dirección llegamos a la altura del pueblo, He aquí mi sorpresa, cuando la vereda transcurría por sus calles, recuerdo que algunas mujeres intentaban espantar dentro de lo posible a las ovejas para que estas no cagasen en sus puertas. La tarde fue cayendo y llegamos ya de noche al río de las Fresnedas, entre la lluvia y la noche no se veía casi nada, Pascual Pérez una vez más se acercó hasta mí y me dijo:
-Aquí hay tamujos, ten cuidado que pinchan mucho.
Para mi aquella planta era nueva pero Pascual tenía razón, siguiendo un camino dentro de la finca fuimos a dormir a su cortijo en una tinada que cogían los dos rebaños y nosotros en su cocina. Durante la cena Gabriel comentaba a los demás que aquella dehesa la tenía rendada uno de Tragacete llamado Lázaro más conocido como `` El tío de la pipa´´. La mañana siguiente era un día de sol atrás quedaron las lluvias y ahí es donde empecé a ver el paisaje distinto al que yo conocía a parte de que era un buen otoño de hierba , con los rayos del sol ese verdor característico del clima del sur de esas fechas todo era nuevo para mí. No tardamos en llegar a la dehesa de las Huertas de las Monjas ahí era donde iba a pastar Pascual Pérez así que nos despedimos de él con la despedida de los pastores :
-Ha pasar buen invierno.
Siguiendo nuestra ruta llegamos a un punto que había tres cruces cuando dijo Gabriel:
-Aquí empieza el Pulgar, aquí es donde tenéis que echar el invierno.
Nos dijo a mi padre y a mí. No lejos de allí de las tres cruces nos esperaba Casildo Aragonés y Cazallas ese era su nombre y apellidos. Un manchego de Sierra Morena oriundo de Huertezuelas , en una presentación corta pero no muy clara ; en principio; apartamos las ovejas del rebaño de los Pedromigueles que así se les conoce a los hermanos Lahoz siguiendo ellos su marcha hasta la dehesa de Peñas Blancas y nosotros quedándonos hay. Todo más relajado fue habiendo entendimiento entre Casildo y mi padre ya que la diferencia estaba en que Casildo expuso que mi padre tenía que estar en otra dehesa distinta a la que yo y eso no le venía muy bien pero , en fin, así tuvo que ser.
Pasando unos días el hijo de Casildo marchó para Madrid, asique yo me tuve que hacerme cargo de las cabras un rebaño de trescientas con sus correspondientes cabritos nacidos en el mes de Octubre. En aquellos años tanto cabritos como corderos eran criados a campo así que la crianza era más larga, total que el rebaño era cada vez más grande y a mí me parecía todavía más. Las cabras por su naturaleza de careo abren más espacio y aparentan más que en realidad son.
Poco a poco fui adaptándome a aquel tipo de ganado y terreno, para ello heredé de Casildín, que así se llamaba el hijo de Casildo, un perro carea llamado Paco ``¡Vendito perro!´´ Sabía guardar la cabras mejor que yo, en un terreno de mucho monte cuando no ves ninguna él era capaz a una distancia larga de llegar hasta la última y así volverlas a todas , aparte tenía otras cualidades como de vez en cuando me cogía algún conejo .
El Pulgar era una dehesa muy grande pero muy estartalada . En sus mojoneras colindantes no tenía forma geométrica pero ello me llevó a conocer más vecinos como el guarda de Calderón, un hombre mayor y cojo, en mi primer contacto con él me preguntó que de donde era y yo le contesté que de Teruel de un pueblo llamado Guadalaviar , cuando el dijo :
-¡Hay Portillo de Guadalaviar, hay Portillo!-Entonces yo le pregunté- ¿De qué conoce usted el Portillo?- y él respondió- ¿Tu sabes por qué soy cojo? Cuando la guerra civil, me tocó estar en frente del Portillo y se me congelaron los dedos del pie y por eso soy cojo, así que conozco el Portillo.
Poco a poco fui adaptándome al rebaño y a la convivencia con Casildo en la dehesa y en el cortijo por las noches no resultó difícil, cuando hacía frío como buen manchego hacía alarde a su tierra con un dicho de por allí:
``Estos jodidos manchegos que al frío frío le llaman fresquillo´´.
Un mes más tarde de mi llegada a la dehesa mi sorpresa fue cuando guardando una mojonera de otra dehesa me encontré a un joven mayor que yo y al vernos resultó que nos conocíamos de la sierra, era Cesariete hijo de Cesario Soriano `` El caches´´ oriundos de Griegos . Así que durante el invierno tuvimos más convivencia con ellos estaban en las dehesas de la Lomilla y Peña el Águila, de vez en cuando nos juntábamos a cenar, mi padre que estaba unas dehesas más allá ellos y yo. Vidala, mujer de Casildo, venía al cortijo de vez en cuando hacer algo de fafarrancho de limpieza aunque los dos solos no ensuciábamos mucho pero no estaba de más, Casildo como experto era el cocinero y yo fui aprendiendo sus costumbres de cocina, recuerdo el ajo manchego; un plato cocinado de patata y tomate y si no un moje hecho de harina de guijas , algunas veces cuando echando un trago, bebía vino, decía que ``Para el buen vino Valdepeñas para el buen aguardiente el Moral y para las buenas mujeres Sata Cruz y La Calzá´´.
Algunos fines de semanas Casildo se iba a Huertezuelas que era su pueblo con su carga de jaras secas en el mulo para cocer el pan ya que la jara seca da más fogonada y ello ayuda mejor a cocer el pan. Yo quedaba solo durante ese tiempo a cargo de las cabras y las ovejas paridas que eran sobre unas cuatrocientas, la verdad no me importaba ya que era llevadero todo ello durante ese tiempo. Al lunes siguiente aparecía Casildo con su mulo, una especie de ``Rucinante´´ (pero en mulo) y su pan de dos kilos por pieza cocido artesanamente y con jaras
Días después apareció por el cortijo una tarde otro lindero, también era serrano como yo vamos otro trashumante, era Paco Castillejo conocido como ``Piquín´´ todo un personaje por la cantidad de amigos y conocidos que tenía en la zona , demostró cuando una noche fuimos Casildo, Piquín y yo a Calzada de Calatrava en su furgoneta dos caballos . Al llegar al pueblo y aparcar la furgoneta unos chavales al verlo con alegría y euforia, decían:
-¡Ha venido Piquín, ha venido Piquín!
La verdad era conocido sobre todo en los bares y también era respetado. Una noche en el bar de la plaza llegó un hombre apodado ``Bragueto´´ con cierta embriaguez montado en su yegua y todo empeño era entrar en el bar montado en ella, ante la negación del dueño y camareros tuvo que intervenir Piquín, cuando el hombre desmontó de su yegua y atándola a la verja de la ventana desistió de su empeño .
La propiedad era la dehesa donde pastaban las ovejas de Piquín, una dehesa más pequeña que el Pulgar, ya que él tenía menos ganado , lo curioso era su cortijo o medio cortijo era una caseta con medio tejado una parte con la chimenea y un poyo de piedra donde tenía la cama y la otra parte sin tejado de todas manera para lo que habitaba en el era igual ya que casi siempre estaba en el pueblo de turno .
Y si no aquella vez que fue a relevar a su tío, bajando se serranía al sur relevó del rebaño a su tío; para que subiera a Tragacete pueblo natal de los dos. Este se detuvo en Cuenca dos días para visitar a otros familiares y al llegar en el autobús a Tragacete vio la furgoneta de Paco y dijo:
-¡¿Cómo puede ser?! Si Paco se quedó hace dos días en la Mancha con las ovejas.
Pues sí; era Paco que antes de llegar su tío al pueblo ya estaba el allí, dejando el rebaño solo, así que su tío dio la vuelta y tubo que incorporarse de nuevo al rebaño, así era Paco.
Iba transcurriendo el invierno y empezó la paridera de las cabras, días de parir diez o doce había que controlarlas ya que las cabras en el parto intentan ocultarse y una vez parida había que recoger a los cabritos y subirlos a su majada en el alto del cerro de la Amapola donde eran enrejados consistía; en atarlos de la mano con un rejo que así se denomina a la cuerda que sostenía el cabrito de su atadura. El cerro de la Amapola era un punto estratégico aparte de la majada de las cabras era el sitio de donde se veían todas las dehesas de alrededor, ya decía Casildo que : los cuatro puntos más nombrados del término de la Calzá eran: el cerro de la Amapola , Calderón , la Lomilla y el cerro de la Colmenilla.
Por las mañanas cuando subía a las cabras desde su cota podía ver todos los quintos de Mudela son treinta dehesas con tres pueblos colonos Mirones, Villalba y Hombría Barrios pues desde ese punto, mi vista a veces se perdía un poco por el asombro de la dehesa de la solana Los Oteros una dehesa de monte y labor que pastaba el rebaños de cabras de Antonio Barato un rebaño de 1.200 cabras y cuando las veía en un terreno lleno de monte hacia un rastrojo , era asómbrate nunca había visto en cabras una cantidad tan grande parecía una alfombre multicolor.
En los otros quintos colindantes al Pulgar ya que así se denominan a las dehesas de Mudela por su forma de arrendamiento a través de subasta pastaban los rebaños de Rafael Bodoque y el ``Zocato´´ de Majadas y sus pastores llamados ``Cascales y Picardías´´. Decían las malas lenguas de aquel entorno y momento que estos tuvieron sus más y sus menos, por querer ir los dos con sus atajos de ovejas por el mismo terreno, cosa ridícula, cuando las ovejas eran de los mismos.
Fue pasando el invierno y llegó la primavera y allá por Semana Santa aprendí otra costumbre de los cabreros manchegos que consistió en encerrar todas las cabras en la tinada y apartar todos los cabritos durante 24 horas para así poder ordeñarlas a todas una por una y en vasija de un cencerro de cobre luego con la leche se hizo todo tipo de dulces cuajadas, natillas y arroz con leche. Todo estuvo muy bueno hasta los perros celebraron la Semana Santa. La primavera pasó y hubo que iniciar la salida de vuelta a casa. Días anteriores Casildo contrató a otro muchacho para guardar las cabras era un chaval de la misma edad que yo pero mi última misión fue enseñarle a guardar las cabras, no sé el último resultado yo le expliqué todo en unos tres días que estuvo con migo; Casildo, en ese tiempo, si me decía que si yo quería que no me fuese que de mí haría un hombre ``claro sería de cabrero´´.
Llegó un 11 de mayo y hubo que formar de nuevo el tren, esta vez hubo variación, continuó el rebaño de los hermanos Lahoz, pero falló Pascual Pérez que decidió subir las ovejas en camión; por la circunstancia de que tenía varias paridas y contrató los servicios de la empresa de camiones ``Los Españoles´´ de La Carolina (Jaén) pero se formó con el rebaño de Cesario Soriano que a la vez nuestras ovejas subieron juntas con las de él ya que nos lo propuso a mi padre y a mi. Cesario argumentaba que con sus ovejas, las nuestras y nuestra yegua de crines blancas; La vereda sería más llevadera cosa que sí fue. También se formó con el rebaño de Placido Laguía de Orihuela del Tremedal . Este ganadero tenía un pastor que el día que lo conocí yo me llamó la atención el trato que tenía con su perro carea ya que el animal a consecuencia del pasto seco de la primavera iba aspeado y no podía casi andar le había hecho una especie de manicura o ``paticura´´ consistente en esquilarle las cuatro patas para que así los pinchos no se pudieron clavar en ellas. Llegó la despedida de mi padre, Casildo y yo; fue muy cordial y un poco añorada por parte de aquel manchego ya que en la partida el hombre dijo:
-Si otro año queréis volver ya sebes donde estamos.
Iniciamos la marcha una tarde los tres rebaños enrreberados (denominación de cuando unos van delante y otros detrás, pero a la par) camino de vuelta hacia Almuradiel . Hicimos noche en la dehesa de la Propiedad con una cena de grupo de todos los pastores que íbamos allí y Paco ``Piquín´´ ya que el partiría días más tarde en otro tren.
La conversación fue un poco celebrando el año o bueno, el invierno, que había sido bueno y las ovejas estaban gordas.
Al otro día partimos por la mañana pronto para llegar hacer sestero al río de las Fresnedas y fue en el sestero cuando ocurrió algo para que aquello no acabase bien fue Diocleciano ,el que avisó a los demás dando la voz de alarma , al ver una perra mastina que teníamos mi padre y yo llamada ``Cadena´´ y dijo:
-Esa perra ha comido veneno.
El animal estaba con los ojos muy saltones echando babas por la boca y temblorosa. Le echamos aceite de oliva por la boca en forma de purgante, pero no sirvió de nada, el animal murió pasando un cuarto de hora. Hay aprendí la crueldad del veneno ya que si es malo en sí y el mal que puede hacer también paga con él el que menos culpa tiene.