domingo, 22 de enero de 2012

LA GESTA, LA MESTA Y EL C.S.I

                LA GESTA, LA MESTA Y EL C.S.I

Allá por el mil setecientos  se conoce uno de los primeros conflictos entre agricultores y pastores, cuando los agricultores roturaban terrenos para sembrar y los pastores se quejaban de pérdida de terrenos para pasto. Tal fue el conflicto que los agricultores elevaron su venganza hasta el punto que ahorcaron a un pastor ya que estos quemaban sus arados.
Trascurrido los siglos se llegó a un entendimiento entre ambos con la creación de las hermandades de agricultores y ganaderos para ello crearon la figura del guarda de daños, una persona juramentada encargada de vigilar las siembras a los pastores y zonas acotadas y en caso de no resolver o averiguar quién había cometido el daño él debía de pagarlo, pero esto último a veces resultaba imposible por la complejidad de algunos casos y la picardía por parte de los pastores  y agricultores.
Trascurrido los años se eliminó lo de guarda de daños y solo quedó el guarda juramentado, ya no tenía que pagar el daño cometido por parte de los pastores aunque no se resolviese el caso.
Fue Pablo Ibáñez (el tío chiquito), hombre hábil para resolver algunos casos, aunque alguno intentara pegársela. Vicente Soriano como buen pastor que era le gustaba dar de comer a su rebaño, ante la proximidad de su majada del corral de la Porterilla con  el acotado de la Cuesta en la Dehesa Boyal, un día esperó que entrase la noche para poder meterse con  su rebaño en la zona acotada, pero cuando iba a hacerlo ahí estaba el
Tío Chiquito. A Vicente no le quedó otra solución que encerrar sus ovejas en el corral a sí ambos camino abajo se bajaron hasta el pueblo. Unos trescientos metros antes de llegar Vicente fingió una descomposición corporal incitando a Pablo que   continuara que no lo esperase, pero Vicente fingió para volverse camino arriba para soltar de nuevo su rebaño y así poder entrar en el terreno acotado. He aquí la sorpresa de Vicente cuando empezaban a entrar las primeras ovejas sobre el terreno cencío. Ahí de nuevo estaba el  Tío Chiquito y le dijo:
-¿¡Qué creías que me la ibas a dar!?
Fue Benito Ibáñez en su adolescencia sacado culpable de haber cometido un daño con su rebaño en un sembrado por el guarda Pablo Martínez, pero Benito quiso vengarse y para ello acechó a Pablo cuando este hizo una carga de leña y dejándola bien colocada   y   hacinada  Benito se cago en alto de ella y Pablo nuevamente descubrió al culpable y  lo rebautizó de por vida ``con gorila, chimpancé, caga  leñas y dos ostias´´.
Miguel Martínez (el tío Miguelón) fue un guarda compresivo con los pastores y dado  ayudar  algunos   en  alguna  ocasión  cuando estos se  veían en  situación comprometida con sus rebaños como pasar por algún punto estrecho o quedarse de pastor si la situación lo requería. Pero a Vicente ( él Tocha ) le denunció doce ovejas en la Mojonera del entredicho y transcurridos cincuenta años todavía le dura el trauma que le creó.
Pero fue una vaca, la que puso en jaque todo un sistema de vigilancia y guardería. El animal recorría seis kilómetros de ida y seis kilómetros de vuelta para poder comerse las coles en los huertos de los cerrados, cuando el vaquero Blas  Soriano afirmaba que era imposible que una vaca de su vacada fuese la culpable ya que todas entraban por la noche en su majada y todas salían por la mañana. El animal puso en marcha una táctica consistente en esperar que el vaquero se durmiera y colocar el cuello lo más rígido posible para que así no sonara el badajo de su cencerro. Tuvieron que recurrir al acecho una vigilancia de espera durante algunos días hasta que apareció una noche en el huerto del mismo amo, la vaca de la tía Asunción.
Joaquín Ibáñez sufrió un daño por parte de los pastores, en su pipirigallo del camino de la Paridera del Pinar y Joaquín se revelara contra la impotencia de  no   descubrir quién había sido, cuando un día se juntó con Dionisio Gómez y este le echaba más leña al fuego ``qué valor tío Joaquín, se han comido el pipirigallo   ¡qué sinvergüencería por parte de los pastores de hoy en día, qué valor!´´. Cuando transcurrido un tiempo se demostró que había sido el mismo Dionisio.
-¡Qué valor!
Francisco Pérez y Fidel Belenchón siendo unos críos fueron sacado como sospechosos de haber cometido un daño en un pedazo de lentejas, cuando fueron llamados  acareo por el propietario Cristino Lahuerta y sus padres Vicente Pérez y Fidel Belenchón. Ante la negación de ambos Fidel padre aplicó la mano dura con su hijo a la vez que Vicente Pérez decía `` dale dale que el cantará que mi Francisco no miente´´. Pero todavía está por decir la primera verdad por parte de Francisco y sobre todo la del pedazo de lentejas.
Las patatas se la Fuente Blanca fue uno de los casos que más saliva gastó, quizás por la cantidad de implicados que hubo, aunque nunca se descubrió al culpable. A petición de Leandro Romero como propietario de las patatas, fueron todos los sospechosos  convocados a un careo en la Cámara Agraria Local por su presidente, Agustín González y el guarda Patricio Navarro.
José María Gonzalo, José Pérez, Ángel Navarro, Carlos González e Hinginio González en representación de su hijo Eloy fueron los inculpados, pero de todo ello quedó la frase de José María Gonzalo ``esto está claro, esto está entre Carlos y yo y yo no he sido´´.
Por pasar por el ribazón del Rentobar al pedazo de las Tobas, Marino Soriano y yo mismo Ismael Martínez siendo unos zagales fuimos avisados a toque de trompeta desde el Poyal del Calderín por el guarda Patricio Navarro, que habíamos  sido   pillados en una infracción por lo cual quedamos denunciados . El hombre para ello desarrolló una segunda regla de la relatividad  consistente en la longitud del ribazón la anchura de este, la velocidad en que habíamos pasado, la cantidad de ovejas que podían haber mordido en el pipirigallo de la parte de arriba y las patatas de la parte de abajo.
Total: fuimos sancionados  a pagar  la multa de ciento veinticinco pesetas, es decir un duro por oveja ya que Patricio en su acta puso que habían mordido unas veinticinco ovejas.
Las alegas  Montañesas  como  paraje  de  nava, es  un  terreno  pobre  tanto  de  pasto  como  de  cultivo, por  lo  cual  transcurrido  el  verano  y  entrando  en  el  otoño  todavía  mengua  mas.
En  los  años  ochenta  Julián  González  un  adolescente, careaba  con  su  rebaño  por  esa  zona  cuando  ante  su  asombro  se  percato  que  había  invadido  un  pipirigallo  nuevo,  un  pipirigallo  que  todavía  no  había   tenido  ningún  corte. Aquel  hecho  disgusto  a  Julián  y  durante  todo  el  día  no  hizo  otra  cosa  que  pensar  y  refunfuñar  en  a  quien  se  le  había  ocurrido  sembrar  allí  un  pipirigallo. Pero  aquella  misma  tarde  se  encontró  con  José  Pérez , otro  pastor  que  andaba  por   aquella  zona  con  su  rebaño, cuando  Julián  conto  a  José  lo  de  su  mala  suerte  con  lo  que  le  había  ocurrido,  alá   vez  que  seguía  con  su  protesta  de  que  a  quien se  le  había  ocurrido  sembrar  allí  un  pipirigallo.  Pero  fue  José el  que  le dijo  te  voy a  contar  un  chiste , entre  su  tartamudez  y  su  risa  socarrona  Julián  no  entendió  nada, cuando  pregunto  ¿  bueno  pero  que  me  quiere  decir  con  eso?  A la  vez  que  José  le  contesto – que  qué  el  pipirigallo  es  mío.
Fue  a  José  Pérez   al  que  le  ocurrió  un  caso  curioso  por  su  resultado.  Dejando  sus  ovejas  en  el  sestero  de  la  Pínada  del Collado  bien  acarradas,  marcho  al  pueblo  a  por  su  merienda,  cuando  ya  estaba  en  el  pueblo  empezó  a  formarse  una  tormenta  . José  regreso  lo  más  rápido  posible  a  sus  ovejas,  todo  esfuerzo   fue  en  vano    ya  que  cuando  llego  las  ovejas  se  avían  ido  del  sestero y  avían  invadido  el  patatar  de  Fulgencio  Gonzalo.
Aquella  misma  noche  José  fue  a  decirle  a  Fulgencio  lo  que  le  había  ocurrido,  por  lo  cual  él  como  dueño  de  las  patatas  diría  el  daño  que  avía,  cuando  Fulgencio  le  contesto  que  en  aquel  pedazo  de  patatas  todos  los  años  cogía  veinticinco  sacos ,  así  que  las que  faltasen  ese  año él  debía  de  pagar.
Transcurrido el  verano   y  ya  levantada  la  cosecha  Fulgencio  no  decía  nada,  cuando  José   tuvo  que  ir  de  nuevo  hablar  con  Fulgencio,  a  decirle  que  ¿cuánto   le  tenía  que  dar  por  el  daño  de  las  patatas?,  cuando  Fulgencio  le  contesto ,  el  caso   es  que  este  año he  cogido treinta  sacos.
Ya  José  con  cierta  ironía  le  dijo  que  entonces  esos  cinco  sacos  de  diferencia  tendría  que  dar  a  él.
Estos  fueron  algunos  de  los  casos   que  se  dieron   en  la  convivencia   entre  pastores,  agricultores y  el  guarda   todos   tuvieron  un  resultado  llamativo   y  por  ello  hoy se  recuerdan ,  como  le  paso  a  fulano,  como  le   ocurrió   a  mengano  y   como  hizo  el  tío  cual. 


lunes, 9 de enero de 2012

y llegó el lobo...




                                                                      Y  LLEGÓ  EL  LOBO
Pedro avisaba de que venía el lobo y nadie lo creía, pero lo que Pedro no sabía, es que el lobo
 podía venir
 con coche oficial, corbata y un ordenador en la mano. No por ello este lobo puede ser más 
agresivo,más sanguíneo  en definitiva como decía el tío  Antón” haciendo chicha”.
 Si retrocediéramos treinta años atrás, hasta nuestros días y pudiéramos comparar las matanzas de
 este lobo, 
con aquellos ataques  que sufrieron nuestros antepasados durante siglos, veríamos la gran 
diferencia de
 animales muertos y simplemente aplicando la normativa vigente, la ley tal…..artículado cual….barra 
ciento
 no se qué….
Viene   a mi memoria en los años ochenta, una peste equina, vacas locas, gripe aviar, fiebre aftosa, 
lengua azul, y todos los saneamientos de brucelosis y  tuberculosis. y como era poco se les ocurrió
 la gran brillante idea de cada animal ponerle un micro chip ¡ Que cosa más ridícula como si fuera 
un robot!.
y surgió la paradoja con tanta sangría y carnicería alguien tendría que salir beneficiado y ese alguien
 debería ser el buitre “pues no” todo lo contrario. Cuando animal que muere tendría que ser  para su
 alimento, desde su madriguera allá por Bélgica el lobo jefe ordena: Que todo animal muerto debe de
 ser metido en un contenedor de cadáveres” Que ya vendrá un camión a recogerlos un día de estos y 
si no hay festivos
 de por medio”.
Pobre buitre no hay otro tiempo que el que nos ha tocado por eso hay que aclararles quien manda y 
quien es el mandao  y si estuviera en nuestra mano mandémosles copiar cien veces que esas cosas no 
se hacen.
Esta bien claro que este lobo no viene enseñando la patita, como en el cuento de los siete cabritillos 
 si no sus garra y colmillos.
Pero decía Agustín Goytisolo en su poema que había lobitos buenos pero también decía que era 
cuando soñaba un mundo al revés y es cierto aunque de estos ya quedan pocos, posiblemente
 también les hayan aplicado la normativa vigente y algún micro chip entre cuero y carne.
De todas las maneras que venga el lobo pero ha poder ser que sea por navidad y en forma
 de turrón……