lunes, 28 de marzo de 2011

TRASHUMANTE ``INGENIERO TÉNCNICO CONDUCTOR DE GANADO´´


Todo empezó como mi nacimiento un seis de noviembre pero catorce años más tarde.

Partimos desde Guadalaviar y Griegos pueblos de la sierra de Albarracín en la provincia de Teruel, en el año 1976. Unos pastores bueno, yo todavía era un chaval, pero ahí estaba Gabriel Lahoz alias ``el pinturas´´ hombre experto en la trashumancia y en fumar puros finos. Aquel primer día de partida en el corral de Tío Patón que trajo un truco, es decir, un cencerro con la categoría de truco, como todos los cencerros tienen una categoría según su tamaño y para el fin en el que se utiliza aquel truco, según Gabriel, era del tío Manuel Lapuente, un cencerro que llevaba más trashumancia que la alcuza del aceite de un ato.

Fernando Lahoz alias ``La cañaña´´ hombre esbelto con nariz aguileña como una vara de gancho así lo parecía; si los pones a los dos paralelos no sabrías distinguir quién es cual y cual es quién.
Diocleciano Lahoz alias ``El yeyé´´  imaginar lo de yeyé el porqué; el más joven de los tres con su melena de pelo largo, se encargó durante el trayecto del ato con sus tres yeguas, cargadas con todos los utensilios para la vereda y el invierno.

Pascual Pérez alias ``Monono´´ persona pausada y tranquilla con su rebaño propio y arrenta, él solo era capaz de dominarlo durante todo el camino cosa que a mí como inexperto en la materia me sorprendía mucho.

Por otra parte mi padre Gregorio Martínez y yo con yegua percherona  y crines rubias nos enrollamos en esa aventura y nunca mejor dicho; porque partimos aquel día sin saber dónde íbamos; porque salimos de Guadalaviar, por el dialogo de un manchego llamado Casildo Aragonés con José Pérez  cuando este fue a hacer tierra y juntándose  en el autobús de Calzada de Calatrava a Puertollano, y Casildo necesitado de pastor y cabrero  se fijó en las personas que iban en al autobús, y al ver a José Pérez distinguió sobre los demás y preguntó: ¿Usted es pastor? Pues si contestó. Vengo para ver si puedo arrendar alguna dehesa por esta zona, lo cual usted me puede informar.  No mucho porque la cosa está muy mal, le contestó Casildo, así entablaron la conversación durante el trayecto  en la cual Casildo preguntó a José Pérez. ¿Y cómo está el asunto de pastores por su tierra? Porque yo tengo un hijo que no quiere seguir con este oficio y se me va a Madrid y necesitaría a un pastor y a un cabrero. Pues mal, pero cuando vuelva, preguntaré a alguien por allí por si hay alguien que le interese . Así fue como nos enrollamos en esta aventura  mi padre y yo.

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